Los cambios fiscales ya no son cosa del futuro. Hacienda está digitalizando todo el proceso de facturación y control tributario, y eso va a cambiar la forma en que trabajamos.
No para complicarte la vida, sino para tener más trazabilidad, menos errores y menos trampas.
Y aunque suene lejano o técnico, esta transformación te afecta directamente: si emites facturas, tienes que adaptarte. Pero tranquilo: con herramientas como Facturavia, todo esto será mucho más fácil de lo que parece.
Entre VERI*FACTU (el nuevo sistema de facturación verificable) y la factura electrónica obligatoria B2B, Hacienda está construyendo un ecosistema donde cada factura será digital, segura y trazable.
Según el Real Decreto 1007/2023 y su desarrollo posterior, los programas de facturación deberán garantizar que las facturas no se alteran, se registran correctamente y, en muchos casos, incluyan un código QR que permita verificarlas.
En resumen: las facturas dejarán de ser simples documentos PDF y pasarán a ser registros digitales verificables, conectados con la Agencia Tributaria.
Para no perderte, aquí van los plazos oficiales actualizados:
A partir de ahí, todos los programas deberán cumplir con los requisitos técnicos de VERI*FACTU o su versión local de conservación segura.
En paralelo, la Ley 18/2022 (Ley Crea y Crece) hará obligatoria la factura electrónica entre empresas y autónomos cuando se apruebe su reglamento definitivo:
No tendrás que enviar cada factura a Hacienda ni convertirte en técnico.
Lo que cambiará es cómo se registran y conservan tus facturas.
Tu software deberá:
Esto no implica más trabajo para ti, sino más control y menos margen de error.
La Agencia Tributaria quiere datos claros y sistemas seguros; tú necesitas tranquilidad y orden.
La transformación digital de Hacienda no es un obstáculo: es una oportunidad para profesionalizar la gestión y simplificar la vida de los autónomos.
La diferencia estará en cómo te prepares.
Y ahí es donde Facturavia te acompaña: con un sistema claro, automatizado y listo para la nueva era de la facturación verificable.
Porque adaptarse a la normativa no debería ser un dolor de cabeza, sino una evolución natural hacia un negocio más organizado y eficiente.