En los últimos años, facturar a través de cooperativas ha ganado popularidad entre autónomos y profesionales que buscan simplificar su gestión administrativa y fiscal. Sin embargo, este método no está exento de controversias y riesgos. En este artículo, analizamos las ventajas y posibles inconvenientes de facturar mediante cooperativas, para que puedas tomar una decisión informada.
Facturar a través de cooperativas consiste en que el trabajador o profesional se asocia a una cooperativa de trabajo asociado, y esta es la que emite las facturas a los clientes por los servicios realizados. El autónomo, en lugar de facturar directamente, se convierte en socio cooperativista y percibe una nómina o remuneración de la cooperativa.
La legislación española contempla las cooperativas de trabajo asociado como una fórmula válida para realizar actividades profesionales. Sin embargo, la Agencia Tributaria vigila de cerca que estas cooperativas cumplan con la normativa y que la actividad sea real y efectiva. En 2019, la Agencia lanzó advertencias sobre el uso fraudulento de cooperativas para evadir cuotas y fiscalidad, con multas y sanciones importantes para socios implicados.
Facturar a través de cooperativas puede ser una solución interesante para autónomos y pequeñas empresas que buscan reducir carga administrativa y costes, pero no está exenta de riesgos legales y fiscales. La clave está en informarse bien y actuar con transparencia para evitar problemas futuros.