¿Sabías que puedes recuperar parte del IVA que pagas en tus compras y servicios? Sí, hablamos de la deducción del IVA, un derecho que muchos autónomos y empresas no aprovechan al máximo, ya sea por desconocimiento o, peor aún, por errores tontos que Hacienda no perdona.
Hoy te contamos cómo identificar facturas deducibles, cuáles son los plazos para deducir el IVA y qué errores evitar para que no pierdas dinero (ni tiempo) en el proceso.
Cuando compras algo para tu negocio, el IVA que pagas no se queda ahí. Puedes deducirlo en tus declaraciones trimestrales y, en esencia, recuperarlo.
Pero, ojo, no todas las facturas son deducibles. Para que una factura sea válida para la deducción del IVA, debe cumplir ciertos requisitos. Y aquí es donde muchos meten la pata.
Para que el IVA sea deducible, la factura debe estar relacionada con tu actividad profesional o empresarial. Es decir:
Checklist para identificar facturas deducibles:
Si no cumple con estos puntos, Hacienda la rechazará sin pestañear.
El IVA no se puede deducir cuando quieras. Tienes que incluirlo en la declaración del trimestre correspondiente:
¿Te olvidaste de incluir una factura? Tranquilo, puedes deducirla en los cuatro años siguientes, siempre que justifiques el motivo. Pero no lo dejes para última hora, porque Hacienda no perdona las prisas.
La deducción del IVA no es un favor que te hace Hacienda, es un derecho. Pero para aprovecharlo al máximo, necesitas organizarte, cumplir con los requisitos y evitar errores básicos.
Con un poco de atención y un buen software, puedes recuperar cada euro de IVA deducible y usarlo para hacer crecer tu negocio. Porque si hay algo peor que pagar impuestos, es pagar de más.
¿Listo para empezar a ahorrar?